Se necesitan años de aprendizajes permanentes para entender cómo ser un buen líder, pues es un oficio que requiere de mucha humanidad y como tal, todo lo que es humano debe evolucionar.
Te invito a hacer el ejercicio de pensar qué te gusta más, profesionalmente hablando, de tu jefe actual, y qué te gusta menos. Ahora piensa qué te gusta más de él o ella como persona y qué te gusta menos.
Podría pasar que como persona te gusten más cosas de las que te gustan cuando ocupa su rol de jefe, porque somos más abiertos a empatizar con el otro cuando lo vemos desde su humanidad y mucho más exigentes cuando lo vemos como el profesional que es.
El objetivo de este ejercicio es desenmascararte algunas creencias profesionales que quizá puedas tener, contándote cómo es humanamente la realidad, alrededor de liderar una empresa.
Por supuesto, debo aclarar que esta es mi perspectiva, te lo cuento desde lo que he experimentado como líder y te lo cuento en especial para que evidencies que en una empresa, más que rangos profesionales hay una diversidad de humanos, con cualidades y defectos de los que nadie está exento.
Creencias y realidades
Creencias | Realidades |
El jefe es el que tiene más plata. | Saca la nómina de último, si alcanza. |
El jefe vive relajado, no tiene mucho para hacer. | Vive pensando cómo solucionar los chicharrones del día a día, porque todos los problemas de la empresa siempre llegan a él/ella. |
Ser jefe es el trabajo más fácil. | Es quien toma las decisiones más difíciles, de las que dependen muchas personas. |
El jefe se las tiene que saber todas. | Corre a investigar cómo solucionar algo que se le presente porque no se las sabe todas. |
Todos se ofrecen a ayudarle, si lo necesita. | Sí lo hacen, pero se siente que es por quedar bien, nada más, En realidad hay mucha soledad en este cargo. |
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Si eres emprendedor quizá lo vas a entender con facilidad, porque también nos pasa, al momento de emprender, que idealizamos el hecho de ser la cabeza de un negocio. Nos llenamos de todas estas creencias que la realidad no tarda en aterrizar.
Ahora, si nunca has experimentado el hecho de liderar un equipo de trabajo, qué tal si escribes todas esas creencias que tienes de tu jefe, profesionalmente, y si no le tienes la suficiente confianza para preguntarle cuál es la realidad detrás, imagina cuál sería si fueras esa persona.
Con esto no busco excusar a ningún mal líder, hay personas que sencillamente no son competentes en sus labores y hay muchas personas a las que les falta humanidad.
Esto es más bien para que entiendas que las expectativas que creamos alrededor de un líder no deben ir más allá de lo que su humanidad se lo permita.
Sí, un líder debe estar capacitado para ejercer dicha labor con excelencia, pero ocupar este cargo no le borra su humanidad, defectos, imperfecciones, malos ratos y errores que pueda cometer en el camino de aprendizaje. Esto aplica también para todos los miembros del equipo.
Una vez alguien nos preguntó en un conversatorio – ¿Qué le dirías a tu jefe? – Las personas se enfocaron en aquello que les gustaría decirle a esos malos jefes que han tenido.
El anfitrión luego contó sobre alguien que conocía que había reaccionado parecido a la pregunta y por cosas de la vida, luego su jefe lo escuchó.
Lo curioso del cuento es que ese jefe le escribió al anfitrión confundido diciéndole que no entendía por qué esa persona había respondido así, que en realidad habían tenido una buena relación, sin problemas.
No sabemos quién contaba la versión real de la historia, sabemos que ambos contaban lo que creían que había sucedido en esa relación profesional, según sus perspectivas.
De las creencias o suposiciones a la realidad hay un abismo inmenso, seguramente tú lo has vivido en primera fila, en el mundo laboral y profesional es muy común.
Puede que tu jefe no te cuente la realidad que enfrenta al ejercer ese cargo y puede que tú tampoco le cuentes sobre tu realidad laboral, y esto nos da pie para tocar otro punto: lo vital que es la comunicación entre líderes y equipos de trabajo.
El tema de la comunicación lo podemos ahondar en otro artículo, porque necesita unas cuantas hojas más, de este, titulado: Lo que tu jefe no te cuenta, me gustaría que te lleves la palabras empatía y la incorpores, no solo con tu jefe, sino con todo el equipo de trabajo del que haces parte, recuerda que ante todos nuestros títulos profesionales, somos humanos.
Recuerda que es muy fácil hablar del otro, pero muy difícil hablar con el otro, aunque ese sea el camino correcto.
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