Es común que durante el año todas las empresas enfrenten temporadas altas de trabajo, por ende los colaboradores atraviesan por picos de estrés y sobrecargas laborales.
Algo que tienen en común todas las compañías, sin importar las industrias a las que pertenecen, es que los últimos meses del año significan una temporada alta de trabajo y de metas por cumplir en ventas, por lo que resulta oportuno hablar de este tema por estos días.
Lidiar con las temporadas altas de trabajo es algo que debemos aprender a hacer en especial por nuestra salud mental, que se ve directamente influenciada por todo lo relacionado a las labores u ocupaciones a las que nos dedicamos, sea que las hagamos para una empresa o en caso tal que seamos emprendedores.
A continuación vamos a ver 5 tips o consejos a tener en cuenta, que buscan ayudarte a llegar a fin de año e iniciar el próximo sintiéndote un poco más liviano/a de estrés laboral y de las excesivas cargas de trabajo.
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¿Cómo lidiar con las temporadas altas de trabajo?
5 consejos que te ayudarán
1. Recuerda que nada es de vida o muerte:
Cuando atravesamos por momentos de tensión y estrés pareciera que todo es demasiado importante o trascendental, entonces sentimos una gran responsabilidad por cumplir con nuestras tareas, metas, objetivos o cualquier cosa que tengamos enfrente.
Ser un trabajador responsable no es algo a lo que haya que quitarle el mérito, es una cualidad que resalta en un entorno laboral, sin embargo, llevarla a un extremo no es sano.
A veces ese alto nivel de responsabilidad nos lleva a darle un valor inmenso a las labores que estamos desempeñando, ¡claro que son importantes!, pero no para ponerlas por encima de lo que podemos controlar y llenarnos de culpa.
Generalmente nada de lo debemos hacer es de vida o muerte, las cosas suelen tener una solución, sea porque la tengas en tus manos o porque necesites pedir ayuda para lidiar con ello.
Así que no te ahogues en un vaso de agua con X o Y cosa que depende de ti, si al final la haces satisfactoriamente o si no sale como esperabas, igualmente la vida sigue su rumbo, toma los aprendizajes y da un paso adelante tú también.
2. Elimina tus distractores:
Es natural que cuando estamos estresados el cerebro decida dispersarse fácilmente, seguro puedes recordar ocasiones en las que tenías una gran lista de pendientes y al verla te llenaste de tanta angustia que solo pudiste concentrarte stalkeando a tus amigos en redes sociales.
Para combatir esta realidad que nos acecha a todos, especialmente cuando tenemos nuestro planner lleno, una buena recomendación es anticiparse a las órdenes del cerebro y eliminar los distractores antes de que lleguen los pensamientos tentativos.
Para esto, primero identifica tus puntos de distracción o fugas de tiempo, por ejemplo: las redes sociales, conversar mucho con gente alrededor, navegar por internet, etc.
Luego aleja el estímulo de tu mente, o sea, si no puedes controlarte pon tu celular lejos de tu alcance durante la jornada laboral, si no puedes evitar conversar con el de al lado dile que por favor aprovechen los breaks para hablar.
Esto puede parecer un poco estricto al inicio, luego seguro te acostumbras, lo importante en este punto es que aprendas a responder con determinación ante las órdenes cómodas que el cerebro envía por naturaleza.
Al cerebro no le gusta hacer mayores esfuerzos cuando está estresado, toma el control y decide tú lo que vas a hacer.
3. Pon límites entre lo laboral y lo personal
La línea que divide lo laboral y lo personal siempre debe estar muy marcada, si tienes claridad y respeto ante esto vas a poder salir de la oficina y dejar los problemas de la empresa en el escritorio de trabajo, así mismo vas a aprender a dejar las situaciones personales únicamente en la casa.
Esto es importante porque imagínate ahora mismo con una mezcla de estrés y preocupaciones en tu cabeza entre el trabajo, la familia, la oficina, la casa… No tienes por donde comenzar a solucionarlo porque cada vez se hará una bola de nieve más grande en tu mente.
Además, las temporadas altas como la de fin de año, suelen necesitar más de ti tanto en el ámbito profesional como en el personal, si no pones límites para los roles que ocupas no vas a poder enfocarte debidamente en cada uno y dar lo mejor de ti en cada lugar.
Traza una línea divisoria y enfócate en cada lado como se debe.
4. No sobrecargar tus labores
Las sobrecargas de trabajo durante las temporadas altas son uno de los mayores dolores de cabeza y causantes de estrés, muchas veces estas labores extra llegan por parte de externos, pero en otras ocasiones somos nosotros mismos quienes nos saturamos y complicamos las jornadas laborales.
Puede que se te esté solicitando Y y tu hagas de la A a las Z, aunque es cool siempre ir un paso más allá no es estratégico hacerlo cuando el to do list espera con una larga lista de quehaceres.
Para evitar enredos innecesarios aprende a priorizar y a hacer de la forma más clara y fácil posible tus tareas. ¡Y no te sientas mal por eso! La palabra “fácil” es muy juzgada en nuestro entorno, porque se le percibe como pereza o insuficiencia, pero nada de eso.
Hacerlo fácil no implica hacerlo mal o perder calidad, se enfoca más en optimizar tiempos, agilizar procesos y concretar nuestros objetivos por cumplir.
Ya de por sí son tensionantes estos meses, no dudes si tienes la oportunidad de hacerlos más livianos.
5. Acciona desde el orden y la claridad
Si vas a recibir un solo consejo que sea este, pues para combatir las temporadas altas de trabajo y todo lo que esto conlleva, nada mejor que accionar desde el orden y la claridad.
Puedes tener mucho por hacer o sentirte con el ánimo bajito, pero si están ordenadas tus tareas y clara su ejecución, nada de esto va a significar una piedra en el camino.
Planificar la semana, ordenarla y entender su ejecución con claridad, no solo gestionará tu tiempo debidamente sino que te permitirá ver cuáles son los espacios que tienes disponibles para atender los imprevistos que traen las jornadas laborales.
Esto crea, además, buena sinergia en los equipos de trabajo porque ayuda a los colaboradores a tener claros sus no negociables o prioridades individuales y a ver dónde pueden ser flexibles en el trabajo en conjunto que tienen con sus compañeros.
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